En la conocida revista Science se ha publicado una investigación destinada a revolucionar el futuro de la medicina: el nacimiento de la vida artificial, es decir, de las células artificiales.
El artífice de esto fue Craig Verter, científico de renombre, protagonista del Proyecto Genoma Humano en 2000, pionero de experimentos de larga duración pero también figura criticada por las comisiones de ética por sus intervenciones a favor de la vida artificial. El experimento duró unos 15 años, con el objetivo de crear un cromosoma artificial, obtenido a partir de 4 fragmentos de ADN de una bacteria, Mycoplasma mycoides , junto con sustancias químicas con el apoyo de un sintetizador de ADN. Una vez obtenido, el cromosoma artificial fue trasplantado a otra bacteria, privada de su genoma, Mycoplasma capriorum .
La demostración de que se había creado vida artificial provino del desarrollo de colonias de bacterias, a las que se había transferido el gen para la síntesis del pigmento azul, todas las cuales presentaban el mismo color. Craig Verter explica que el producto de este experimento no tiene ningún uso práctico, pero transfiriendo a la bacteria un gen específico, capaz de sintetizar un determinado marcador o regular una función particular (metabólica, fagocítica, etc.), se pueden obtener resultados tangibles.
Las aplicaciones de este estudio no son sólo un proyecto aleatorio sino ya un intento serio de innovar en el campo de la inmunología, en particular para la producción de vacunas y en el campo de las ciencias ambientales, especialmente en la eliminación de biocombustibles, contaminantes del agua y en la regulación de las concentraciones de dióxido de carbono.
Esta investigación ha dado lugar a diversas y encontradas opiniones, el presidente de los Estados Unidos, Obama, es muy cauteloso con el uso y la investigación sobre vida artificial, sin embargo hay que precisar que los grandes y arriesgados descubrimientos son aquellos que de alguna manera tienen éxito. cambiar positivamente el curso de la historia. Al igual que las células madre, la clonación y la medicina regenerativa, la vida artificial es y será siempre un campo controvertido, pero hay que decir que los avances positivos no pueden frenarse por temor a que la ilusión de omnipotencia y los intereses económicos socaven el peligro para la humanidad. Debe ser la ley capaz de salvaguardar el trabajo positivo y constructivo de académicos competentes y capaces.